Cómo tiburones tigre equipados con cámaras revelaron el mayor ecosistema de praderas marinas del mundo
Llamado a la Tierra es una serie editorial de CNN comprometida con reportar los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, además de mostrar las soluciones a esos retos. La Iniciativa Perpetual Planet, de Rolex, se ha asociado con CNN para crear conciencia y educación sobre los asuntos de sostenibilidad claves y para inspirar acciones positivas.
(CNN) -- Los tiburones tigres, los mayores depredadores de los mares tropicales, tienen fama de ser feroces. Pueden llegar a medir más de seis metros, tienen dientes afilados, y en el número de ataques a personas solo están por detrás de los tiburones blancos. Sin embargo, en las Bahamas, los tiburones tigre asumieron un papel menos agresivo como ayudantes de los científicos marinos.
Entre 2016 y 2020, un equipo de investigadores puso unas etiquetas equipadas con cámaras a tiburones tigre para poder observar el fondo marino desde una nueva perspectiva. Los datos que recogieron revelaron lo que es el mayor ecosistema de praderas marinas conocido del mundo, un área de hasta 92.000 kilómetros cuadrados (35.000 millas cuadradas) en las Bahamas. Según un estudio, publicado en 2022, esto amplía en más de un 40% la cobertura mundial total que se conoce de praderas marinas.
Se trata de un dato significativo porque las praderas marinas atrapan y almacenan enormes cantidades de carbono en los sedimentos y son, por tanto, una herramienta vital para mitigar el cambio climático.
El Dr. Austin Gallagher, uno de los coautores del informe y fundador y CEO de la organización de investigación oceánica Beneath the Waves, cree que los tiburones tigre y otras formas de vida marina pueden ayudar a los científicos a cartografiar los ecosistemas oceánicos y conducir a otros descubrimientos significativos. Como editor invitado de Llamado a la Tierra, habló con CNN sobre cómo es colaborar con los tiburones tigre y la importancia de proteger los sumideros de carbono del océano.
La siguiente entrevista fue editada para mayor extensión y claridad.
CNN: ¿Cuándo surgió la idea de poner una cámara en un tiburón tigre?
En la comunidad científica llevamos décadas poniendo cámaras a los animales y en el campo de los tiburones llevamos muchos años haciéndolo. Así que no era algo totalmente nuevo, pero queríamos avanzar en nuestro trabajo con los tiburones tigre para comprender mejor cómo era un día en su vida. Para ello, necesitábamos poder ver lo que observaban los animales, porque podemos deducir todo tipo de patrones basándonos en sus movimientos: adónde van y cuánto tiempo pasan en determinadas zonas y hábitats. Cuando lo hicimos, se abrió toda una caja de Pandora de nuevas preguntas y, finalmente, nos llevó por un camino de descubrimientos radicales aquí en las Bahamas.
CNN: ¿Qué descubrieron a partir de los datos del tiburón tigre?
Sabíamos que los tiburones tigre pasan mucho tiempo en los bancos de carbonato de aguas poco profundas de las Bahamas y que hay un amplio ecosistema de praderas marinas, pero no fue hasta que obtuvimos los datos de los tiburones tigre equipados con cámaras cuando realmente nos dimos cuenta de su importancia y extensión. Se nos prendió el bombillo por primera vez: tenemos que cartografiar cuánta pradera marina hay aquí.
Sabíamos que teníamos que cartografiarla desde el espacio, porque mientras los tiburones tigre nos daban una decena de buenos indicios con esas marcas en cámara, teníamos que utilizar satélites en órbita terrestre y un enfoque de teledetección para cartografiar cuánto había. Nunca sería posible, ni como humanos ni como tiburones tigre, recorrer toda la zona económica exclusiva de las Bahamas. Así que lo hicimos y pudimos cartografiarla. Pusimos buzos en el agua para validar todas las predicciones del espacio, tomamos fotos nosotros mismos del fondo marino y luego utilizamos más datos de los tiburones tigre, incluidas marcas de cámaras de 360 grados que nos dieron una visión completa de lo que veían los animales.
Esto acabó validando una predicción de hasta 93.000 kilómetros cuadrados (35.000 millas cuadradas) de ecosistema de praderas marinas aquí en las Bahamas, lo que lo convierte con diferencia en el mayor de la Tierra. Se escondía a plena vista.
CNN: ¿Qué más hay por descubrir?
Apenas estamos empezando a comprender lo valioso e importante que es este patrimonio de praderas marinas, y qué papel desempeñan en esa relación los tiburones tigre, las tortugas marinas y otra biodiversidad amenazada. Y no nos olvidemos tampoco de los humanos y del papel que tenemos en el futuro de la conservación de estos ecosistemas.
Cartografiarlos y descubrirlos es solo una parte. Luego hay que crear nuevas protecciones en torno a ellos y trabajar con los gobiernos y los responsables de la toma de decisiones medioambientales para incluir todos estos datos en los paquetes adecuados y presentarlos a los organismos adecuados que, en última instancia, emitirán cosas como créditos de carbono que pueden utilizarse para impulsar las protecciones, pero también para crear beneficios financieros y, en última instancia, rendimientos financieros a largo plazo para lugares como las Bahamas.
CNN: ¿Qué es el carbono azul y por qué es tan valioso?
El carbono azul es el carbono que acaba en el océano. Se produce de forma natural y se almacena y secuestra en el océano en sus diversos sedimentos, en gran parte a través de las plantas, como las praderas marinas, los manglares y las marismas. Es lo que llamamos ecosistemas de carbono azul y, mediante procesos naturales como la fotosíntesis, estas plantas secuestran y almacenan grandes cantidades de carbono, mucho más que sus homólogas terrestres.
Si queremos intentar crear nuevas protecciones para el océano, si queremos intentar crear resiliencia, sobre todo en los países de baja altitud y en los pequeños Estados insulares en desarrollo, tenemos el objetivo real de crear resiliencia en el lugar del cambio climático. Una de las formas de hacerlo es trabajar en colaboración con la naturaleza: las praderas marinas, los manglares, son lo que llamamos una solución al cambio climático basada en la naturaleza. Si queremos mejorar la protección de las costas y beneficiar a las comunidades y a la biodiversidad, es muy importante para la investigación oceánica cuantificar la cantidad de carbono y su alcance.
CNN: ¿Cuál es el objetivo final de su trabajo científico?
El objetivo último de mi trabajo es crear empatía con el océano y preservar lo que tenemos para las generaciones futuras. Vivir en armonía con estos ecosistemas, encontrar formas de vivir en armonía con los tiburones, proteger estos ecosistemas como las praderas marinas. Se trata de crear zonas marinas protegidas, de mejorar las medidas de conservación existentes para especies amenazadas como los tiburones, pero también de garantizar que el legado de estos increíbles ecosistemas permanezca lo más intacto posible durante el mayor tiempo posible.